Desde luego que los brotes verdes no se ven:
Reyal Urbis ya ha presentado formalmente la solicitud de concurso voluntario de acreedores, un proceso que ha recaído en el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid, según informaron a Europa Press en fuentes jurídicas. El juez titular de este tribunal deberá ahora estudiar el expediente para declarar el auto del concurso, el segundo mayor de la historia empresarial española por su pasivo y designar a los administradores concursales.La noticia ya ha trascendido internacionalmente: Reuters, DW, Expatica, The Guardian, MarketWatch, RealtyBizNews.
Esta administración concursal deberá redactar un informe sobre la situación de la empresa, que determinará con exactitud su pasivo y su activo, y se pronunciará sobre la viabilidad de la inmobiliaria.
Una vez que se apruebe definitivamente este texto concluirá la fase común del proceso concursal y se iniciará la correspondiente a la de presentación y negociación con los acreedores de un eventual plan de pago de deuda con el que Reyal tratará de evitar su disolución.
Reyal acordó en su consejo de administración de este pasado lunes, 18 de febrero, solicitar el concurso al no lograr un acuerdo con los bancos para refinanciar su deuda financiera de 3.613 millones de euros. A este pasivo es preciso sumar los 400 millones que adeuda a Hacienda y otros 138 millones que debe a proveedores.
Spiegel Online insiste en que no sólo será un problema para España, porque hay "varios bancos alemanes que están entre los acreedores de la empresa".
20minutos.es analiza este concurso:
La quiebra de Reyal Urbis es la historia de una caída anunciada ya desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La compañía presidida por Rafael Santamaría comenzó a vivir su particular calvario desde el mismo momento en que se fusionó, en 2007, año en el que también comenzó a caer la venta de viviendas, y por tanto la crisis. La compra por parte de Reyal se enmarca, tal como recuerda el economista Alejandro Inurrieta, "en pleno proceso de concentración corporativa en España, con la peculiaridad de que el pez pequeño se comía al grande", explica. Una práctica contraria a la lógica y que solo fue posible gracias a la financiación vía crédito y a la expectativa de que los precios del suelo continuarían revalorizándose. Y es que para adquirir el 100% de las acciones de Urbis, la promotora Reyal solicitó préstamos a diversas entidades financieras. Una operación financiada con más de 3.000 millones de euros. "Compraron endeudándose y a un nivel de precios muy hinchado. Justo fue comprar y empezar la crisis, que paró toda la actividad", explica José Luis Ruiz Bartolomé, asesor inmobiliario y autor del libro Adiós ladrillo, adiós.El Economista.es añade que:
El concurso de acreedores presentado por Reyal Urbis se ha convertido en el primer agujero para la Sareb o banco malo, nacida hace apenas dos meses. Y es que los créditos concedidos a la inmobiliaria en el pasado por varias entidades financieras nacionalizadas, como Bankia (460 millones) y Novacaixagalicia Banco (210 millones), y que ahora han sido transferidos a la empresa pública, se han quedado en el aire y su cobro, al quebrar la inmobiliaria, se antoja difícil.Foto tomada de Estrella Digital.
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